Si eres una adicta de la realeza (o no), seguramente ya empezaste a ver la serie más cara de Netflix, The Crown y tu obsesión por ser la nueva princesa de Inglaterra está más fuerte que nunca.
La serie de la reina Isabel II que se elaboró con un presupuesto de 130 millones de dólares está en boca de todos pues, es un acceso directo al glamuroso y polémico mundo de la realeza.
Para lograr que esta escena quedara lo más parecida a la realidad, la producción hizo una réplica del vestido que usó en la vida real la reina Isabell II el cual fue elaborado por Norman Hartnell, se tardó seis meses en estar listo y tuvo que ser pagado con cupones de racionamiento (debido a la crisis) que la entonces princesa había ahorrado. A diferencia del original, la producción logró recrear este vestido en tan sólo siete semanas y tuvo un costo aproximado de 37 mil dólares.
